A la hora de planificar un viaje, siempre tenemos en cuenta una serie de factores, y ahora más que nunca destaca el de la seguridad sanitaria. Es en este punto en el que Dubái se ha hecho fuerte por sus controles sanitarios, la claridad de las normas de actuación, su capacidad asistencial y los protocolos en embarque y a bordo durante el vuelo directo desde Madrid y Barcelona. Todas estas ventajas, unidas al excelente clima que ofrece en este su “invierno”, sitúan al emirato como un destino muy apetecible para que el viajero pueda dedicarse a fondo al ocio y al descanso.
En estos días la ciudad acoge a los visitantes con los brazos abiertos, sin las aglomeraciones que a estas alturas del año se suelen concentrar en sus famosas atracciones, muchas de ellas incluidas en el libro “Guinness” de los récords.
El tiempo se aprovecha al máximo, con una variada oferta en la que el protagonista es el Burj Khalifa, edificio más alto del mundo con impresionantes vistas panorámicas desde el mirador situado en el piso 124, a 555 metros de altura, aunque en una ciudad que no para de sorprender, se quedará por debajo de la torre del proyecto de Dubái Creek Harbour que tendrá más de 1.000 metros de altura.
El Burj Khalifa destronó en su momento al hotel Burj Al Arab como parte más conocida del skyline de Dubái, pero lo que nadie le podrá quitar es haberse hecho famoso como icono del lujo y el exceso donde entre otras extravagancias se puede tomar un cappuccino con oro de 24 quilates.
Si se buscan opciones más populares, perderse en las 1.300 tiendas del enorme Dubái Mall, acercarse al nuevo espectáculo de luces y sonido de las fuentes The Pointe en The Palm, quedarse deslumbrado ante los escaparates de las joyerías del Gold Souk en el Dubái más tradicional o realizar un safari al atardecer por las dunas del desierto son alternativas muy apetecibles.
También es posible sentir el vértigo de tener bajo los pies la pasarela acristalada que conforma el tramo superior del marco de The Frame, inaugurado en 2018, para después recuperar el aliento con un paseo entre los rascacielos de la Marina y si la cartera lo permite, terminar el día alojándose en el hotel Armani, situado en la mismísima torre Burj Khalifa.
Para los que viajan con niños, se puede dedicar un día completo al enorme Motiongate, parque temático inspirado en Hollywood, o alojarse en el hotel Atlantis The Palm donde se puede tener un encuentro con delfines en sus instalaciones acuáticas.
A todo esto, se puede sumar algo que ahora nos parece más que un lujo, tomar el sol en la playa o en la piscina. Y si se quiere rematar el viaje, por qué no, disfrutar del spa y del resto de servicios de la más que amplia oferta de alojamientos de Dubái, que continuamente son controlados por la oficina de turismo para cumplir la estricta normativa sanitaria vigente.
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